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«El diálogo como praxis para la abolición de armas nucleares» | Ponencia jóvenes del CIDIEP [1]

     Laura Sinka [2]

    Muy buenas tardes, muchas gracias por asistir a esta significativa jornada y por permitirme compartir esta ponencia. A continuación, voy a exponer una síntesis de los avances de una investigación cuyo título es: “El diálogo como praxis para la abolición de armas nucleares”. 

    El día de hoy nos propondremos explorar una de las actividades fundamentales que nos hace seres humanos, algo que todas las personas del mundo, sin excepción tenemos por igual: la capacidad de comunicarnos. Y a partir de allí, explorar la potencia que tiene el dialogo como herramienta parala paz y la abolición nuclear.

    En este sentido, el doctor Daisaku Ikeda, filósofo, educador y escritor plantea que el diálogo es el mecanismo fundamental para la paz y la armonía entre los pueblos. La propuesta de esta investigación consiste en explorar los aportes de su pensamiento en torno a la dimensión práctica y antropológica del diálogo.

    Antes de continuar, debemos detenernos en la segunda parte del título de este trabajo: el diálogo “para la paz”. Por eso no podemos eludir la referencia al contexto mundial actual, en el que se observa un resurgimiento de conflictos bélicos relacionados con la posesión y amenaza del uso de armas nucleares, intensificados por la actual crisis social y económica global. En este marco, este trabajo se pregunta por el valor del diálogo como herramienta concreta para desarticular conflictos internacionales y promover procesos de paz sostenibles.

    Para ello vamos a considerar el diálogo en términos de lo que el pedagogo y filósofo brasileño Paulo Freire denomina praxis, [3] a partir de la idea de que existe una interrelación indisoluble entre todo proceso de reflexión y la acción. Desde este enfoque teórico, quisiéramos esbozar la perspectiva de tres pensadores que justamente han abordado al diálogo desde una dimensión pragmática para la construcción de la paz.

    Para comenzar, nos encontramos con Mariflor Aguilar, [4] filósofa mexicana, quien se posiciona desde los estudios hermenéuticos y los estudios para la paz. Su argumento se centra en demostrar el valor del diálogo para mitigar conflictos y atisbar acuerdos a partir de reconocer a un otro, entendiendo que desde los elementos en común es posible esgrimir y construir la paz en escenarios específicos de la sociedad.

    En segundo lugar, podemos citar al filósofo austríaco-israeli Martín Buber, [5] quien plantea una filosofía dialógica. En esta perspectiva, el dialogo no es una mera actividad, sino un modo de acercamiento a la realidad. La novedad de su pensamiento respecto de la filosofía tradicional occidental, consiste en afirmar que la realidad es en sí misma dialógica. Es decir que los individuos no solo se acercan a la realidad a través del conocimiento de un objeto, en términos materiales sino a partir de reconocerse en el otro, y el diálogo es la herramienta por excelencia para ver ese yo en el otro. En su propuesta de paz del año 2005 llamada “Hacia una nueva era de diálogo: la exploración del humanismo”, el Dr. Ikeda se refiere a la perspectiva de Buber en torno a la existencia de tres esferas dentro de las cuales surge el mundo de las relaciones: la vida con la naturaleza, con las personas y con los seres espirituales. [6] Allí subraya la seriedad con la que Buber aborda la naturaleza humana, entendiendo a las personas como seres que utilizan el lenguaje y reconociéndolo como un instrumento imprescindible y equilibrado para el diálogo. No lo desvaloriza ni lo magnifica en exceso. Por el contrario, evita depositar en él una confianza desmedida, pues considera que esa fe excesiva suele estar en la raíz del dogmatismo y el fanatismo. Buber criticaba a los monólogos disfrazados de diálogo, casos en los que parece haber una conversación, pero solamente se está escuchando una sola voz. Incluso llegó a afirmar: “Le lleva a uno toda una vida mantener una posición firme, ir hacia otros y ser abiertos con ellos, sin perder su propio lugar. Y al mismo tiempo, mantener ese lugar sin excluir a los demás”

    En tercer lugar está el pensamiento del Dr. Ikeda, quien plantea que el diálogo genuino es un proceso que nos transforma a nosotros y a la otra persona. El diálogo permite hacer surgir las cualidades más positivas y éticas en los seres humanos e implica un serio compromiso e intercambio entre dos almas.

    Partiendo de una analogía budista, compara el diálogo que entablamos con los demás con la imagen que se refleja en un espejo, si uno se inclina frente a un espejo, su imagen también se inclinará. De forma tal, abrazar la vida del otro y brindar un profundo respeto, es de hecho manifestar respeto a nuestra propia vida. [7]

    Esta perspectiva sobre el diálogo se apoya en tres aspectos: En primer lugar, un diagnóstico de los tiempos que corren, ligado al fracaso de la comunicación. En este sentido remarca que, si bien el avance de la tecnología en nuestra sociedad trajo consigo beneficios tales como acceder a la información de forma sencilla, a su vez esto generó una fragmentación en la comunicación a raíz de la alta conectividad y el uso cotidiano de internet. Es decir, en la actualidad en todas las esferas sociales se está utilizando a las redes sociales como medio de comunicación principal, incluso las figuras políticas, sociales o referentes culturales transmiten su pensamiento a través de ellas. Esta información, nos llega de forma despersonalizada y descontextualizada de su realidad y no permite mostrar la relación con las personas de las que se habla. De esta manera, esta relación puede resultar inorgánica y neutra alejada de la satisfacción que se genera a partir del encuentro con otro.

    El segundo eje, está relacionado con la dimensión antropológica y ontológica del diálogo. Partiendo de la perspectiva del citado Martin Buber, remarca que la existencia propiamente humana se desarrolla en el horizonte del diálogo, ya que es reconocer la humanidad del otro lo que hace al ser humano. Asimismo, enfatiza que la esencia del ser humano se encuentra en sus relaciones y el sentido de su vida depende de la orientación de esas relaciones. De esta manera, plantea que hay dos posibles actitudes a tomar frente al otro: la actitud práctica de tomarlo como un objeto o la actitud de apertura frente a la totalidad del otro, reconocer la humanidad en otra persona. En sí, el diálogo genuino es el despliegue de la propia capacidad del ser humano de crear valor a través del lenguaje.

    Por último y como tercer eje, propone al humanismo en clave pragmática. Podemos entender al pragmatismo desde la definición de Peirce (1870) [8] quien expresó que para que cualquier afirmación sea significativa, debe tener implicaciones prácticas. La esencia de este eje parte de la pregunta sobre cuál es la forma del diálogo que debe producirse para la construcción de la paz.

    En este aspecto propone fomentar la escucha activa que nos permita comprender el punto de vista de la otra persona y nos lleva al encuentro con el otro. De esta manera, fomentar las prácticas del diálogo nos permite desarrollar al máximo la capacidad de crear valor.

    Es por ello, que el Dr. Ikeda ha podido entablar diálogos con líderes intelectuales de diversas religiones como el Cristianismo, el Islam, el Hinduismo o el Judaimso, entre tantas otras. Estas experiencias le permitieron afirmar que el diálogo abierto ofrece valiosas posibilidades y que presenta positivas consecuencias para las sociedades del mundo.

    A través del diálogo podemos compartir nuestro parecer frente a las diversas circunstancias, poner en palabras nuestras emociones y dar sentido a nuestra realidad. De esta manera, creamos nuestra propia realidad a partir de interpretaciones subjetivas de los hechos. Es por eso que frente a una misma situación las personas pueden vivirla de manera distinta.

    Esta interpretación subjetiva de la realidad puede cambiar a través del diálogo, porque este nos abre un espacio para repensar sobre ello partiendo de nuestra conceptualización de lo que ocurre y a dar luz a ideas o preguntas que sugiere el otro. De esta manera, el diálogo permite examinar de forma consciente las diversas maneras de afrontar un sufrimiento de manera constructiva. Es por ello que se convierte en una herramienta que empodera a cada persona y le permite paliar su sufrimiento.

    Y siguiendo con la clave justamente pragmática de este trabajo, quisiéramos hacer referencia cuatro ejemplos a nivel internacional donde el diálogo jugó un papel clave para la transformación de los vínculos humanos y cómo generador de paz:

    Uno de los ejemplos más llamativos lo encontramos en el diálogo que compartieron Nelson Mandela  y Frederik de Klerk [9] en el año 1989, quien entonces era presidente de Sudáfrica. Luego de enfrentar 27 años de encierro, Mandela fue liberado en el año 1989. El acercamiento y el dialogo sincero entre estas dos personas supusieron el principio del fin del apartheid. Sin embargo, esta decisión no tuvo resultados sencillos, sino que conllevó cuatro años de negociaciones bajo la constante amenaza de que en Sudáfrica se desate una guerra civil. Años después ambos fueron galardonados con el premio nobel de la paz.

    Otro ejemplo, más específicamente relacionado a las armas nucleares, fue en el año 1962 ocurrió la Crisis de los Misiles en Cuba, momento crítico en la historia de la Guerra Fría y el mundo estuvo al borde de una guerra nuclear. La crisis se desencadenó cuando la Unión Soviética instaló misiles nucleares en Cuba, [10] en respuesta el presidente norteamericano Kennedy, impuso un bloqueo naval a la isla y exigió la retirada de los misiles. La resolución de la crisis se logró gracias a un diálogo intenso y diplomático entre Kennedy y el líder soviético Nikita Jrushchov. La resolución de la crisis se logró gracias a la voluntad de ambos líderes de encontrar una solución pacífica y encontrar una guerra nuclear.

    El tercer ejemplo fue en 1974. [11] Ese año, Daisaku Ikeda viajó a la Unión Soviética y se reunió con el primer ministro Aleksey Kosygin y otros funcionarios soviéticos. Emprendió su viaje en medio de un vendaval de críticas de los medios de comunicación y las figuras políticas de Japón. Se cuestionaba sobre todo con qué propósito el líder de una organización budista visitaría un país cuya ideología rechazaba básicamente la religión y desalentaba la fe en cualquier credo. Eso sucedía en plena Guerra Fría, y una hostilidad visceral hacia la Unión Soviética impregnaba toda la sociedad japonesa. Las tensiones entre ese país y la China también habían alcanzado un punto crítico, con la amenaza de una confrontación militar que se suponía cercana. Justo cuatro meses antes de su viaje a la Unión Soviética, Ikeda había realizado su primera visita a la China. Durante el diálogo, Ikeda le preguntó a Kosygin si la Unión Soviética tenía intenciones de atacar la China. El político ruso le aseguró que no y aceptó que Ikeda transmitiera ese mensaje a los dirigentes chinos. Posteriormente, viajó a China y transmitió este mensaje a su máximo mandatario, como ciudadano común, preocupado por la paz.

    A partir de estos dos encuentros Ikeda comprendió que la única manera de comprender correctamente las intenciones de la otra parte es dialogar franca y abiertamente y por más difícil que parezcan las circunstancias, el diálogo puede conducir hacia el avance. Lo destacable de este último ejemplo, a diferencia de los anteriores, resulta ser que nos encontramos con un caso de  activismo de un ciudadano común como era el Dr. Ikeda. De esta manera, el potencial para derribar los muros de la aversión por las diferencias de pensamientos y permitir generar un puente de intercambio mutuo a partir del diálogo, reside en cualquier persona como ciudadano común.

    El cuarto ejemplo lo podemos encontrar en nuestra vida cotidiana. Preguntémonos cuántas veces a partir de la palabra, pudimos resolver un conflicto, disipar un prejuicio o unirnos a las personas que nos rodean.

    Tal como vimos, podemos entender que es posible hallar sentido a cualquier circunstancia, permitiéndonos expandir nuestra capacidad y nuestra propia existencia en bien de los demás, a través de fomentar la escucha activa  Sumada a esta cuestión, plantea también que el medio para crear una cultura duradera de paz, se encuentra en superar las diferencias entre las poblaciones humanas y en propiciar un verdadero florecimiento a la diversidad. La clave se halla en el diálogo, para poder fomentar esta mirada. Si permitimos que la especie logre trascender estas diferencias, el ser humano puede emplear el lenguaje de manera óptima y participar de un diálogo que cree valores supremos y perdurables. Este diálogo tiene que salir al encuentro con todas las personas, es el medio para construir una civilización global.

    Recapitulando lo planteado anteriormente podemos concluir que no alcanza la mera comunicación mecánica y mediatizada. En este sentido, no es la utilización del lenguaje o nuestras habilidades comunicativas lo que nos hace humanos, sino la capacidad de crear valor a partir de este. De esta manera y volviendo al inicio de esta ponencia en donde planteamos al diálogo como desarticulado de armas nucleares, tenemos la convicción que a través de la escucha activa y al intercambio a través de diálogos sinceros, podemos contribuir a la construcción de una sociedad de paz y al definitivo desarme nuclear.

    Para finalizar, quisiera citar unas palabras del diálogo publicado entre el Dr. Ikeda y el filósofo Lou Marinoff, afirmó: “Con las voces elogiamos, alentamos, corregimos, curamos, alegramos e impartimos la energía de la esperanza y del valor. Es un intercambio dinámico de vida a vida, de mente a mente, y, huelga decirlo, siempre basado en la buena voluntad. La fuerza motivadora de todo diálogo debería ser el compromiso con el valor supremo de cada vida individual. En ese intercambio, estimulamos la disposición mental positiva del otro, fomentamos el entendimiento mutuo y creamos lazos de confianza”. [12]

    Muchas gracias por permitirme compartir esta presentación.

    Citas

    1 Texto de la ponencia expuesta en el simposio “Para que nunca lo olvidemos”, conmemorando el 80° Aniversario de los bombardeos atómicos de Hiroshima y Nagasaki, realizado en la Facultad de Ciencias Económicas de la UBA el 9 de agosto de 2025.

    2 Profesora en Ciencias Antropológicas por la Universidad Nacional de Buenos Aires.

    3 Melo Moreno Pablo. “Percepción docente sobre el rol de los factores intrapersonales en el mejoramiento de sus prácticas pedagógicas”. Praxis educativa, Vol. 25, No 3 septiembre – diciembre 2021.

    4 García Dora E. “Diálogo y escucha: una reflexión para construir la paz”. Universidades, núm. 71, pp. 7-21, 2017

    5 Romeu, Vivian. “Buber y la filosofía del diálogo: Apuntes para pensar la comunicación dialógica”. Universidad Iberoamericana, 2018.

    6 Ikeda, Daisaku. Hacia una nueva era del diálogo: la exploración del humanismo. Propuesta de Paz. Soka Gakkai Internacional, 2005.

    7 Ikeda, Daisaku. El nuevo humanismo, España, IEDDAI-Instituto Ikeda / Ediciones Civilización Global, 2020, págs. 247-260. Disertación pronunciada en el East-West Center, en Honolulu, Hawái, Estados Unidos, el 26 de enero de 1995, disponible en: https://www.daisakuikeda.org/es/sub/resources/works/lect/lect-06.html

    8 Haack Susan. “Viejo y nuevo pragmatismo Diánoia,” vol. XLVI, núm. 47, noviembre, 2001, pp. 21-59.

    9 Véase: https://www.nobelprize.org/prizes/peace/1993/ceremony-speech/

    10 Véase: Dobbs, Michael, One minute to midnight : Kennedy, Khrushchev, and Castro on the brink of nuclear war, Vintage Books, Nueva York,

    11 Ikeda, Daisaku, Aleksey N. Kosygin, Paladín de la paz en la Guerra Fría, SGI Quarterly, abril 1999.

    12 García Varela Aba Belén “El diálogo desde la filosofía de Daisaku Ikeda: Reflexión teórica y ejemplo de praxis” – Publicaciones del Instituto Ikeda. 2020

    Bibliografía

    • Buber, Martin, Tu y yo, Ediciones Nueva Visión, Buenos Aires, 1982.
    • Dobbs, Michael, One minute to midnight : Kennedy, Khrushchev, and Castro on the brink of nuclear war, Vintage Books, Nueva York
    • García Dora E. “Diálogo y escucha: una reflexión para construir la paz”. Universidades, núm. 71, pp. 7-21, 2017
    • García Varela Aba Belén “El diálogo desde la filosofía de Daisaku Ikeda: Reflexión teórica y ejemplo de praxis” – Publicaciones del Instituto Ikeda. 2020
    • Haack Susan. “Viejo y nuevo pragmatismo Diánoia,” vol. XLVI, núm. 47, noviembre, 2001, pp. 21-59
    • Ikeda, Daisaku, Aleksey N. Kosygin, Paladín de la paz en la Guerra Fría, SGI Quarterly, abril 1999.
    • Ikeda, Daisaku. El nuevo humanismo, España, IEDDAI-Instituto Ikeda / Ediciones Civilización Global, 2020, págs. 247-260. Disertación pronunciada en el East-West Center, en Honolulu, Hawái, Estados Unidos, el 26 de enero de 1995.
    • Ikeda, Daisaku. Hacia una nueva era del diálogo: la exploración del humanismo. Propuesta de Paz. Soka Gakkai Internacional, 2005.
    • Masi, Ana. El concepto de praxis en Paulo Freire. En publicación: Paulo Freire. Contribuciones para la pedagogía. Moacir Godotti, Margarita Victoria Gomez, Jason Mafra, Anderson Fernandes de Alencar (compiladores). CLACSO, Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales, Buenos Aires. Enero 2008
    • Melo Moreno Pablo. “Percepción docente sobre el rol de los factores intrapersonales en el mejoramiento de sus prácticas pedagógicas”. Praxis educativa, Vol. 25, No 3 septiembre – diciembre 2021.
    • Romeu Vivian. “Buber y la filosofía del diálogo: Apuntes para pensar la comunicación dialógica”. Universidad Iberoamericana, 2018.